“No me elegisteis vosotros a mÃ, sino que yo os elegà a vosotros, y os he puesto para vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé†(Juan 15:sixteen).
Finalmente, la (omni)presencia de Dios debiera inspirarnos a ‘practicar la presencia de Dios’. Debo admitir que con bastante frecuencia he oÃdo esta expresión; pero nunca he comprendido verdaderamente qué significa ‘practicar la presencia de Dios’. Asà como ahora comprendo la enseñanza de Pablo sobre este asunto, practicar la presencia de Dios es vivir cada dÃa como si Dios estuviera presente —¡y lo está!
La inmutabilidad de Dios está lejos de ser tan sólo una observación teológica o una verdad hipotética. Es una verdad que transforma vidas, de lo cual podemos concluir varias implicaciones para nuestras vidas.
“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. TodavÃa un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel dÃa vosotros conoceréis que yo estoy n mi Padre, y vosotros en mÃ, y yo en vosotros.
Los hombres pretenden tener una sabidurÃa infinita y fantasean que pueden hacer uso de ella de acuerdo a las capacidades limitadas de sus mentes. Pero debido a que son incapaces de llegar a esa sabidurÃa infinita en sus mentes estrechas, dicen: ‘No creo que es Libro sea la Palabra de Dios, porque no hay nada en él que me impida comprender su filosofÃa’. ¿Por qué tenemos que comprender su filosofÃa? ¿Quiénes somos? ¿Cuál es el tamaño de nuestras mentes? ¿Por cuánto tiempo la hemos tenido? ¿Por cuánto tiempo la mantendremos? ¿Quién nos la dio?â€79 “No es de nuestra incumbencia conocer la filosofÃa de las cosas; no es de nuestra incumbencia conocer la razón de las cosas. Sà lo es oir lo que Dios tiene que decir y cuando lo dice, creer en ello, ya sea que comprendamos Su filosofÃa o noâ€80 “Existe una clase más de hombres que altercan con Dios; los hombres que en vez de aceptar a Jesucristo como su get more info Salvador y rendirse ante él como Señor y Maestro, confesándose abiertamente frente a él de la misma manera que lo hacen frente al mundo, están dando excusas por no hacerlo.
“Aquà hay terror para los impÃos. Aquellos que desafÃan a Dios, que quebrantan Su ley, no se preocupan de Su gloria, sino que viven su vida como si Él no existiera, pensando que en el último dÃa cuando lloren pidiendo misericordia, Dios alterará Su voluntad, revocará Su palabra y rescindirá de sus espantosas amenazas. No, Él ha declarado: “Pues también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oÃdos con gran voz, y no los oiré†(Ezequiel eight:18).
Si el problema de la presencia de Dios estaba enraizado en la naturaleza pecadora de los israelitas, la solución debÃa encontrarse en el automobileácter de Dios.
El otro lado de la ecuación, también es verdad. Aquellos que están perdidos eternamente, lo son porque Dios no los eligió para salvación:
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo†(Juan 17:24).
Dios está siempre cerca en el sentido que Él ve y oye lo que los hombres hacen y Él se mostrará hacia ellos consecuentemente:
“Pocas verdades se enseñan en las Escrituras con más claridad que la doctrina de la omnipresencia divina. Aquellos pasajes que apoyan esta verdad, son tan claras que requerirÃan un esfuerzo substantial para comprenderlos.
Wydaje mi się, że ten zapach pasuje zarówno na dzień jak i na wieczór, do biura też będzie ok, byle z umiarem. Pachnie słodkawo, ale świeżo jednocześnie, całkiem niezły.
Antes de considerar los detalles de este pasaje, se deben considerar dos observaciones muy importantes concernientes al texto como un todo. Estas observaciones son necesarias, debido a aquellos que no quieren reconocer la soberanÃa de Dios en la salvación (incluyendo especialmente la doctrina de la elección).
“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el dÃa que de él comieres, ciertamente morirás†(Génesis 2:fifteen-17).